A medida que la persona va envejeciendo, se produce de forma paulatina un deterioro de la condición física, que progresivamente va afectando las actividades de la vida diaria.
Ahora, si al envejecimiento se suma la condición de sedentarismo, el deterioro se verá acrecentado, con el consecuente impacto en la calidad de vida de los adultos mayores.





