Ayer, en la primera parte de esta columna, les decía que el mensaje que el jazz envía es para toda la ciudadanía, sin distingo de clase social y tampoco de edad.
Aun los más jóvenes pueden aprender de él, pues se aprende sobre el respeto, sobre el valor de escuchar a los demás y hasta del trabajo grupal, que es clave en la sociedad.





