Apenas usted pone un pie en los recintos bibliotecarios de la provincia de Herrera, se siente el olor a libros guardados; los viejos anaqueles cargados de una enorme cantidad de sabiduría y educación, condensados en los textos, casi suplican un relevo.
Las estructuras de las bibliotecas de la región de Azuero no son las más óptimas ni acogedoras para los visitantes.
Las principales bibliotecas de la provincia carecen de dinero, muchas veces hasta para comprar los artículos con los que se realiza la limpieza.





