¡Qué risa! Más tardó mi columna en imprimirse en este diario que el hacerse realidad casi todo lo que en ella publiqué el pasado lunes. No necesité los superpoderes de Malcom Ramos para percatarme de lo que se venía.
Los medios lo volvieron a hacer y convirtieron la supuesta fiesta de la 24 de Diciembre y a su protagonista en dizque información y contenido de entretenimiento cuando cualquiera que sepa de, por ejemplo, periodismo, sabe que eso no es contenido para un noticiario que se supone es serio.