Un problema estomacal obligó a Hernán Darío "El Bolillo" Gómez a sentar a su inamovible. A su capitán sin cinta. A la extensión de su persona en la cancha, a Gabriel "Gavilán" Gómez que conste que todos estos calificativos se los ha dado el propio técnico.
Y sin las alas extendidas del "Gavilán", a la selección le faltó cobertura. No tuvo sombra protectora.
Fue la noche de la ironía, donde el Rommel Fernández extrañó más al que, si hubiese sido por votación popular, ya estaría retirado de la Roja.





