Más de una veintena de mujeres de Nuevo Caimitillo, en Chilibre, le sacaron provecho al curso de repostería que ofreció la policía jubilada, Mirín Castillo.
En esta capacitación, las féminas empezaron de cero. Los talleres se impartían en un estrecho cuarto de la capilla católica de la comunidad, ella tenían que cargar agua para preparar las masas y limpiar todo.
Adicionalmente, como no tenían estufas ni un horno, parte de las clases terminaban en casa, por ejemplo, el horneado o cocción.





