Las terapias familiares son útiles para iniciar con los cambios, trabajan los pensamientos y sentimientos de los involucrados para generar mejoría.
Los padres deben establecer un canal de comunicación afectiva con los adolescentes, dejando la ira y decepción a un lado.
La mayoría de los adolescentes sienten pánico al medir las consecuencias, no saben qué hacer o esperar. Disipar todas sus dudas puede ayudarlos a calmarse un poco y reducir el estrés que puede ocasionar la llegada de un hijo a tan corta edad.