Una jirafa dio un lengüetazo a un hombre moribundo que, como último deseo, pidió que lo llevaran al zoológico de Blijdorp, en Rotterdam, Holanda, donde trabajó durante 25 años.
Mario Eijs, quien tiene discapacidad mental, desarrolló un tumor cerebral y tiene dificultad para caminar o hablar. Quiso hacer una última visita a sus compañeros de trabajo y a los animales que tanto quiso.