Era domingo, los turistas y toda la gente que pasaba por la Catedral tenían que deterse a ver quién era el loco personaje que estaba frente a la iglesia vestida de novia.
No era cualquiera, era nada más y nada menos que Juanita Rivers, quien se fue al Casco Viejo para buscar el hombre de su vida. ¿En serio? Claro, que no, ella solo realizaba unas artísticas fotografías con el lente de su amiga Nedelka Campbell.