Un domingo de agosto llegó Andrómeda Ochoa desde su natal Colombia, luego de atravesar el mar en una lancha, para vender sus artesanías en Panamá.
En la aventura, el sol penetraba su cuerpo y el agua del mar mojaba rostro, fue un viaje muy pesado, tomé mucho sol, pero estos recuerdos quedaron atrás, cuando llegó y se acomodó donde una amiga y observó ese país desconocido, que solo veía en revistas y por televisión.





