Corre, corre, vamos a ver quién nada más. El sonido del chapuzón alteraba el agua en la fuente que adorna el monumento de la tragedia de El Polvorín en la Plaza 5 de Mayo, cuando tres pequeños aventureros se bañaban ayer en la mañana.
Las gotas de agua salpicaban en la hierba mientras que para quienes dijeron llamarse Rogelio, Moreno y Pérez, la diversión apenas comenzaba. Estos tres niños quisieron dejar claro que sus mamás les dieron permiso, aunque uno de ellos desmintió lo dicho con una enorme sonrisa.





