El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó ayer la localidad de Moore (Oklahoma), arrasada el pasado lunes por un tornado de unos 4 kilómetros de diámetro que se cobró la vida de 24 personas, y aseguró ayuda federal a los afectados hasta el final de la reconstrucción.
Una imagen vale más que mil palabras, dijo tras confirmar que más de 1,200 casas han sido completamente destruidas y que alrededor de 12,000 hogares han sido afectados.