Cómo anda, señora Moza, decidí escribirle porque deseo que me ayude con un problemita que está acabando con mi matrimonio.
Tengo dos hijos mayores de edad, uno de ellos tiene una novia muy bonita, pero muy zafada de boca.
Cuando mi esposo y yo la conocimos nos cayó muy bien, pero con el tiempo fue sacando las uñas, o mejor dicho, las garras y ahora no la soportamos.
Ella siempre se queda en la casa y con eso la confianza se apoderó de ella. Ahora manda, a pesar de que no levanta ni un dedo para arreglar la cama.