Al menos 25 familias ya están, día y noche, en los terrenos y vigilan los de sus vecinos.
A las cinco de la mañana los demás precaristas comienzan a llegar a sus lotes para limpiarlos y vigilar que sus construcciones no sean destruidas o robadas.
Esta área que hace un mes estaba llena de plantas y maleza, luce como un terreno habitable, ya que cada lote fue nivelado para poder levantar las viviendas.
En cada uno de ellos se ven las varas que sirven como postes para las casas, igualmente los habitantes han colocado lonas que les funcionan como techo.