La mañana de ayer, algunos de los damnificados del fuego en calle 13 de Santa Ana llegaban a orillas de las aceras a mirar con tristeza lo que quedó de sus casas, luego de que un intenso fuego consumiera el lugar el miércoles.
En el paraje aún se sentía el olor a humo y algunos animales merodeaban los restos de las residencias en busca de algo para comer. Pero quienes no perdieron el tiempo fueron algunos delincuentes, a los que agarró la Policía Nacional intentando robar los alambres eléctricos para retirarles el cobre que tienen dentro.