Durante más de cinco años he escrito esta columna, mediante la cual llego a ustedes cada lunes.
Muchas han sido las satisfacciones que me ha brindado aquella gente sencilla que me escribe o que me comenta sobre lo que publico, si bien son temas comunes, de la vida cotidiana, sin pretender adornarlos con visos de intelectualidad mal entendida.
Hace un tiempo, un lector de David, provincia de Chiriquí, le comentó a una tía muy querida que a él le gustaba leer mi columna y que le gustaría conocerme.