Francisco: "Es mejor no ir a la Iglesia que ir todos los días y vivir odiando"
Concluyó la Jornada Mundial de la Juventud y tras de sí, dejó una estela de reflexiones anunciadas por el Sumo Pontífice a través de sus mensajes, consejos y recomendaciones en cada uno de sus encuentros litúrgicos; no sólo hacia los jóvenes de todas partes del mundo, sino a todos los miembros de las sociedades sumidas hoy en problemas de crisis económica, corrupción, división de grupos, desintegración familiar y a falta de una auténtica composición de valores.
Para mí, en lo particular, esta Jornada Mundial de la Juventud, fue muy especial y gratificante, porque a través de la periodista Guadalupe Castillero de Nex Noticias, el Papa Francisco pudo recibir en sus manos una cruz alusiva a la JMJ, diseñada y tallada especialmente para el Vicario de Cristo y que con mucho orgullo, respeto y devoción fue entregada a nombre de la Fundación de ayuda al detenido y sus familiares.
Tengo la esperanza de que los mensajes ofrecidos por el Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud, haya calado no solamente en la población joven de nuestro país, sino también en los adultos, especialmente en la clase política panameña, porque el odio que hay en nuestra sociedad ya no pude continuar. Tenemos una sociedad que se desangra por el odio, el revanchismo y la división que cada día agobia a todos, pero muy especialmente a los grupos más vulnerables, los pobres.
Las palabra del sucesor de Pedro fueron muy claras, Panamá es la tierra de las convocatorias, el país de los grandes sueños, de la esperanza, en síntesis el Hub de la juventud, de la tierra fértil en amor, paz y particularmente del perdón. Corresponderá a todos y muy particularmente a las autoridades de turno, hacer valer estos compromisos, derechos y deberes. Ojalá las palabras de Papa Francisco logren abrir los corazones de aquellos que durante los últimos años han mantenido una conducta de odio y revanchismo, causándole daños a decenas de familias que todavía sufren de una política de persecución, tal como le sucede hoy, al ex presidente Ricardo Martinelli, con un año y 7 meses de un encarcelamiento injusto y arbitrario.
Comparto totalmente con el máximo representante del Vaticano cuando dijo que el servidor público debe ser honesto y actuar con justicia. Definitivamente que estos dos pilares son fundamentales en la administración pública. Ningún funcionario debe pretender ni mucho menos abusar del poder que ostenta porque en un sistema democrático debe imperar la ley y no los caprichos de un gobernante. Pero también este mensaje le cae como anillo al dedo al Tribunal Electoral, quien tiene deber y la delicada función de celebrar una elecciones generales con total transparencia y ciñéndose a las reglas de juego y a la democracia.
Precisamente este punto es bien delicado cuando un candidato presidencial independiente que ha sido impugnado habla públicamente que va a darle persecución a los funcionarios del Tribunal Electoral que no están actuando con honestidad y transparencia. Previo a las campañas políticas, ya empieza a calentarse el caldero político, no faltarán los señalamientos, las acusaciones, los recursos y las demandas que se presentarán porque algún candidato, partido político o gremio se sienta agraviado. No habían transcurrido ni 24 horas de la salida del Sumo Pontífice cuando comenzaron a aflorar las acusaciones y cuestionamientos en el campo político.
Sin embargo, en medio de estos vaivenes políticos, el máximo jefe de la grey católica le dijo a los jóvenes que prácticamente no pueden estar alejados de los grupos de las sociedades, de la política, porque son ellos la semilla que germinará en las naciones como los futuros líderes del país. El Papa Francisco les pidió que vivan el presente, no se puede estar esperanzado sólo en el mañana, porque nadie puede garantizar ese futuro sino ellos mismos. Hay que darle oportunidad a los jóvenes a que se fogueen en la política, a forjar nuevos líderes que se conviertan en verdaderos relevos generacionales.
El pueblo panameño se embriagó de espiritualidad durante más de seis días con la celebración de la JMJ, es el momento ahora de poner en práctica lo aprendido. Hay que trabajar por el país, con honestidad y con justicia, tal como destacó el Papa Francisco, porque en estos últimos cinco años hemos vivido en un país dividido, donde la persecución política ha sido lo más característico, el abuso de poder ha sido permanente y las violaciones a las leyes han predominado.
Por esta razón y por muchas otras es que nuestra gente tiene que volver a darle la oportunidad al cambio, a la prosperidad, a tener una mejor esperanza, como lo dijo el Papa, pero una esperanza basada en el crecimiento del empleo, del crecimiento económico, de la justicia social del respeto a la Constitución y a las leyes del país, la esperanza de volver a creer en aquella gente que durante cinco años demostró capacidad, sacrificio, iniciativas y emprendió grandes proyectos sociales.
"Desde ya empieza a calentarse el caldero político"?"Hay que trabajar por el país con honestidad y justicia".