¡Ay! A ella lo que le gusta es comer callá
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¡Ay! A ella lo que le gusta es comer callá
Ay, mijita, ojalá que no le salga el tiro por la culata porque eso de estar pica aquí y pica allá, o te deja llena de lombrices o con un remordimiento de conciencia muy grande. ¡Si es que tiene! Ya vino Gloria a surtirme que aquella chica llena de tatuajes, que tiene juguete nuevo, está como loba en el armario, con ganas de salir a seguir cazando, porque parece que no le basta tener a los dos ex de bocadillo. Mana, la gente no entiende qué tienen esas lolas para que esos dos papacitos estén detrás de esa carreta. ¡Auuu!
Este cuento está más delicioso que las arepitas de las venezolanas de la esquina de mi casa. ¡Ujum! Y es que de la misma boca de la protagonista, sí esa que se toma la pastillita, se conoció que ella es venada consciente porque le da permiso a su maridito de que la pase por la parrilla cada vez que quiera. Nos surten que esta berraca es de las que piensa que es mejor estar pegada al gallo de los huevos de oro a que venga la otra y se lo lleve por completo, aunque el gallo ande llenando de huevos a todas las gallinas que se le cruzan por el frente. Es que ella canta la de RD Maravilla: eso se lava y se usa.
Estas dos archienemigas que les encanta el wichi se encontraron en un evento de la localidad donde tenían a la gente nerviosa. Dicen que ambas se toparon cara a cara y que desde entonces andaban con una piquiña, tirándose miradas matadoras. Ya los presentes estaban a punto de reunirlas y decirles la que toca aquí, toca cara, pero como ellas son flojas solo se volvieron intriga y dejaron todo en manos de sus abogados. Ja, ja, ja.