En la mira de científicos
Se estima que de uno a dos millones de aves llegan al país durante las temporadas de migración cada año.
@periodistagil
Panamá forma parte de un estudio científico sobre las aves migratorias.
De acuerdo con estudios profesionales, estas especies viajan alrededor de 30 mil kilómetros por año desde países como Canadá, Estados Unidos y la región del Ártico para luego avanzar hacia Suramérica.
¿Qué ha despertado el interés de estos estudios?
Al respecto, los expertos señalan que estas especies son consideradas como calificadoras de la calidad ambiental del área que visitan, entre ellas: el playero occidental, el playero semipalmeado y el chorlo semipalmeado.
Solo del playero occidental, se estima que entre uno y dos millones acuden a este lugar, por lo tanto las características del área son casi únicas en el mundo.
Su importancia
Frente a este panorama, existe el interés de científicos de monitorear estas migraciones y cualquier cambio que puedan registrar estas especies.
La captación más reciente se hizo el pasado 26 de febrero en Costa del Este.
Allí se logró anillar a 175 aves playeras en el Humedal Bahía de Panamá (HBP). Esta es un área que forma parte de la costa del Pacífico panameño, compuesto principalmente por manglares y fangales.
A todas las especies se les tomó medidas morfométricas, es decir, la longitud del pico, ala y tarso, para colocarles posteriormente en la pata derecha un anillo de aluminio, que contiene una numeración que oscila entre ocho y nueve dígitos.
Esta es una identificación única y que permite a los científicos y biólogos estudiar el ave en particular.
También se colocó en la pata izquierda de cada ave una bandera codificada color gris, lo que indica que la especie fue anillada en Panamá, es así el primer país en Centroamérica que realiza esta investigación.
Un área fructífera
El HBP se extiende desde 139 kilómetros hacia el sudeste de la ciudad de Panamá hasta el límite con la provincia de Darién.
El Plan de Conservación para los Humedales de la Bahía de Panamá de 2012 indica que estas áreas proveen alimento y refugio a las etapas juveniles de peces y camarones de valor comercial, que contribuyen con $86 millones a la economía panameña.
La directora ejecutiva de la fundación Audubon de Panamá, Rosabel Miró, indicó que esta investigación representa la oportunidad de una segunda etapa de captación en manipulación de aves y el reavistamiento de las ya anilladas, además de tener un amplio conocimiento de los usos que estas especies les dan a las playas panameñas.
En tanto, la bióloga Michele Caballero indicó que estos monitoreos comenzaron en 2011, pero no fue hasta 2014 que se inició el anillamiento de aves.
Caballero explicó que pese al desarrollo urbano de áreas como Costa del Este, las especies no se ahuyentan, pero les inquieta el poco espacio que les queda a estas aves, debido a la cantidad de basura en el lugar, por lo tanto urge la conservación de estos humedales.