Las enfermedades cardiometabólicas son trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos, que suelen desarrollarse en su mayoría por estilos de vida poco saludables de las personas y suelen ocurrir por la ateroesclerosis, un endurecimiento que se origina en las arterias cuando se da una acumulación de grasa, colesterol u otras sustancias en las paredes de las arterias.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren más personas por esta patología que por cualquier otra causa, y asegura que el 80% de los infartos de miocardio y de los accidentes cardiovasculares prematuros se pueden prevenir, llevando a cabo una detección temprana, manteniendo un estilo de vida saludable y un constante control de los diferentes factores de riesgo que pueden desencadenar complicaciones.
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Dentro de los principales riesgos cardiometabólicos se encuentran: la falla cardíaca, diabetes, hipertensión y la dislipidemia.
Falla Cardíaca
Se conoce como Falla Cardíaca (FC) a la afección que ocurre cuando el corazón no logra bombear de manera eficiente la cantidad de sangre que el cuerpo requiere o no consigue llenarse de sangre, y puede manifestarse debido a otras enfermedades preexistentes en el paciente, como presión arterial elevada o enfermedad de las arterias coronarias. Con el tiempo, el corazón se puede debilitar, por lo que las personas con esta patología pueden tener menos energía o dificultades para realizar las actividades cotidianas, y al mismo tiempo experimentan estos y otros síntomas, pero no se dan cuenta de que podrían ser un indicio de falla cardiaca.
Dentro de los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una insuficiencia cardíaca se encuentran:
- Diabetes: principalmente aquellos diagnosticados con diabetes de tipo 2.
- Antecedentes de infarto de miocardio o enfermedad coronaria.
- Presión arterial alta.
- Sobrepeso.
- Problemas cardíacos desde el nacimiento (defectos cardíacos congénitos).
Diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que provoca que el cuerpo produzca un exceso de glucosa o azúcar en la sangre y aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina o no la utiliza de manera eficaz. La insulina es la hormona que regula el nivel de azúcar en la sangre y su deficiencia constante ocasiona daños en distintos órganos y sistemas del cuerpo, afectando en mayor escala los nervios y vasos sanguíneos.
Se calcula que al año mueren 4.2 millones de personas en el mundo a causa de la diabetes y su prevalencia ha aumentado más rápidamente en los países de ingresos bajos y medios que en los países de ingresos altos.
Hipertensión
La hipertensión arterial o presión alta es la causante del mayor número de muertes tempranas en el mundo y se trata de un trastorno que ocurre cuando la sangre circula con más fuerza de lo habitual, lo que provoca que los vasos sanguíneos y el corazón deban hacer un esfuerzo adicional para garantizar la circulación de la sangre en todo el cuerpo. En caso de que los pacientes no tengan esta condición controlada podría generar que eventualmente un mal funcionamiento del corazón, dolor en el pecho, falla renal o perdida de la visión, entre otras complicaciones.
En el 2015, la enfermedad registró 9.4 millones fallecimientos prematuros. En el mundo, el 25% de los hombres (1 de cada 4 hombres ) y el 20% de las mujeres (1 de cada 5 mujeres) sufren hipertensión arterial elevada y solo una quinta parte de ellos mantiene controlada la enfermedad, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dislipidemia
La dislipidemia se manifiesta cuando se da una concentración elevada de lípidos en sangre, una característica por el aumento del colesterol o triglicéridos.La patología se encuentra entre las principales causas de mortalidad más frecuentes en países de ingreso medio-bajo a alto, y se encuentra asociado a enfermedades crónicas como obesidad, hipertensión, diabetes y eventos cerebrovasculares, disminuyendo la calidad de vida del paciente.
La dislipidemia es considerada una enfermedad asintomática, y sólo presenta alguna señal en una etapa avanzada, generando complicaciones en la persona como infartos cerebrales, pancreatitis aguda o enfermedades coronarias. Dentro de las principales causas se encuentran los malos hábitos alimenticios, como las dietas ricas en grasas y poco saludables, añadiendo inactividad física y tabaquismo.
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También, se puede dar otros factores de riesgos asociados a la enfermedad como la diabetes, hipotiroidismo o la obesidad.