El cáncer de hígado, una enfermedad muy silenciosa
Investigaciones dan cuenta que el cáncer de hígado es el segundo más letal a nivel mundial.
A nivel mundial, el cáncer de hígado es la cuarta causa de cáncer más común, pero el segundo con mayor mortalidad en el mundo.
El hígado es uno de los órganos más importantes para el cuerpo humano, cuyas funciones clave incluyen la desintoxicación de la sangre, la digestión de grasas y el almacenamiento de nutrientes. En este se pueden presentar diversos tipos de tumores y entre ellos el más frecuente es el hepatocarcinoma o carcinoma hepatocelular.
El 85% de los pacientes que padecen de cáncer de hígado, tienen una alteración hepática de base: la cirrosis.
Entre las principales causas de esta enfermedad se encuentran la obesidad, la diabetes tipo 2, el alcoholismo y las infecciones crónicas del virus de la hepatitis B y C; así como las aflatoxinas, que son hongos cancerígenos que se encuentran presentes en comidas como maní, trigo, granos de soja y arroz cuando se almacenan en condiciones cálidas y húmedas.
De acuerdo con el Departamento de Salud y Servicios Humanos para las Minorías, de Estados Unidos, los hispanos tienen el doble de probabilidades de padecer de cáncer de hígado y morir de esta enfermedad, en comparación con las personas blancas no hispanas. Esto debido al estilo de vida sedentario que llevan destacando la dieta alta en carbohidratos y grasas y baja en proteínas.
Existen factores de riesgo que pueden disminuirse con una dieta balanceada, con ejercicio recurrente y con disminuir o evitar el consumo de alcohol. También ayuda el control de peso y la asistencia de nutriólogos expertos en el diseño de planes alimenticios.
Algunos de los síntomas del cáncer de hígado no son tan evidentes hasta las etapas más avanzadas. Es importante consultar periódicamente a un médico para revisiones del hígado y la realización de pruebas específicas, en caso de contar con algún factor de riesgo.
Los signos que podrían aparecer en caso de tener este padecimiento son: náuseas,vómitos, pérdida de peso, coloración amarillenta en la piel y en la parte blanca de los ojos, pérdida del apetito y dolor o inflamación del abdomen.
En general, las personas a las que se les diagnostica cáncer de hígado en una etapa inicial tienen una mayor tasa de supervivencia que aquellas cuyo cáncer ya se ha extendido a otras partes del cuerpo.
Otras formas de prevenir esta enfermedad hepática incluyen: Vacunarse, si se tiene mayor riesgo de contraer hepatitis o si ya estuvo infectado con cualquier tipo de virus de la hepatitis, debe consultar con su médico sobre vacunarse contra la hepatitis A y la hepatitis B. Una medida clave es evitar el contacto con la sangre u otros líquidos corporales de otras personas. Los virus de la hepatitis se pueden contagiar por pinchazos accidentales de agujas o por la limpieza inadecuada de la sangre u otros líquidos corporales.
Otras recomendación es mantener la comida segura. Lavarse bien las manos antes de comer o preparar alimentos. Si viaja a un país en vías de desarrollo, usar agua embotellada para beber, lavarse las manos y cepillarse los dientes. Tener cuidado con los rociadores. Asegurarse de utilizar estos productos en un área bien ventilada, y usar una mascarilla cuando se utilicen insecticidas, fungicidas, pintura y otras sustancias químicas tóxicas.
Mantener un peso saludable. La obesidad puede producir enfermedad por hígado graso no alcohólico. Chequeo Médico. Anual para una persona sana, y dos veces al año para una persona de alto riesgo ( hígado graso, cirrosis etc.)
La prevención salva vidas, #Hepatizate con el cáncer de hígado.