La edad: principal factor de riego del cáncer colorrectal
El riesgo de padecerlo ha disminuido en las personas mayores de 50 años, mientras que la proporción en las más jóvenes ha ido aumentando. Quienes nacieron alrededor del 1990 tienen un riesgo mayor que las de 1950.
El cáncer colorrectal es el tercer tipo de cáncer más frecuente que se diagnostica, y puede presentarse sin ningún síntoma, siendo la edad el principal factor de riesgo. Por esta razón se recomienda comenzar a realizarse la colonoscopia a los 45 años, en personas de riesgo promedio, que no tienen historial familiar de esta enfermedad y ninguna de las condiciones que predisponen el riesgo de padecerlo, así lo explica la gastroenteróloga Brenda Jiménez Cantisano.
El riesgo de tener cáncer colorrectal ha disminuido en las personas mayores de 50 años, mientras que la proporción en las personas más jóvenes ha ido aumentando.
“Las personas que nacieron alrededor del año 1990 tienen un riesgo de cáncer de colon dos veces mayor y un riesgo de cáncer de recto cuatro veces más, que las que nacieron en el 1950”, declara la doctora de Cleveland Clinic Florida.
“Es importante recalcar que las colonoscopias se deben hacer, aunque no se presenten síntomas; sin embargo, existen algunas señales que sirven de alerta para ir a un chequeo con el médico, como sangrado rectal, dolor abdominal, cambio en las evacuaciones, heces más finas, dolor al evacuar y constipación, dice la especialista.
Además, resaltó que algunos factores que indicarán si se requiere hacer colonoscopia antes de los 45 años son: algunas enfermedades inflamatorias del colon como la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, y enfermedades hereditarias como el Síndrome de Lynch.
Ante la sospecha de padecer la enfermedad, en una visita al médico el primer paso es determinar si el paciente tiene la carga hereditaria. “Es primordial dialogar sobre el historial familiar y ver si hay cáncer, no solamente de colón, ya que hay otros tipos que pueden inducir a sufrirlo, como el de útero y el de síndrome de Lynch”.
Luego de diagnosticar que la carga hereditaria existe, se debe ir a un especialista que pueda determinar cuáles son los estudios necesarios que requiere, así como los exámenes preventivos antes de que se desarrolle el cáncer. Si ya padece la enfermedad, se referirá a los especialistas que puedan indicarle un tratamiento multidisciplinario para tratar el paciente de manera adecuada, señala la gastroenteróloga dominicana.
¿Cómo detectarlo?
Además de la colonoscopia, existen también exámenes no invasivos. Estos son por lo general son exámenes de heces, que pueden detectar si hay sangre y/o ADN anormal.
Igualmente, hay estudios como la colonoscopia virtual, que es una tomografía que puede detectar pólipos. Estos estudios son de dos pasos, pues un estudio positivo debe ser seguido de una colonoscopia.
La posibilidad general de la población sin un familiar que tenga cáncer de colon es de seis por ciento aproximadamente. El riesgo aumenta tres a cuatro veces cuando hay familiares con cáncer de colon de primer grado, como mamá, papá o hermanos, diagnosticados antes de los 50 años.
Por esta razón es importante saber no solamente el tipo de cáncer, sino también la edad en la que se diagnosticó. Esto nos lleva a recomendar y comenzar los estudios a una edad temprana.
“Por ejemplo, si el familiar fue diagnosticado a la edad de 50 años, le vamos a recomendar los chequeos diez años antes, a los 40 años en lugar de los 45”, indica Jiménez.
Alimentación puede prevenirEn general, no hay nada en específico que aumente el riesgo del cáncer colorrectal, sin embargo, una dieta más saludable ha demostrado que puede prevenirlo. Es recomendable aumentar el consumo de fibra y calcio. El riesgo de este cáncer disminuye cuando se alcanza 30 gramos de fibra al día.
En contraposición, el consumo de grasas saturadas aumenta hasta un 20% el riesgo de cáncer colorrectal.
Tratamiento
Luego de ser diagnosticado, es primordial saber si está localizado solamente en colon. Para detectar si el cáncer se ha movido fuera del colon, es necesario hacer estudios como tomografía, resonancia magnética, y dependiendo el lugar donde esté se puede tratar, con una combinación de tratamientos.
“En algunos casos se puede hacer una combinación de cirugía con quimioterapia o inmunoterapia, a veces se requiere radiación, todo depende del tipo, la ubicación, y si los ganglios locales están afectados, el tratamiento es muy especializado e individualizado”, resalta la doctora.
Estos procedimientos generalmente se discuten en un grupo multidisciplinario de Cleveland Clinic Florida antes de terminar el proceso.