Un estudio de Mayo Clinic que abarcó a 5540 pacientes con cáncer colorrectal metastásico descubre que la quimioterapia de mantenimiento después del tratamiento inicial es más beneficiosa para los pacientes cuya enfermedad está bajo control que el tratamiento más agresivo.
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El mantenimiento con quimioterapia con fluoropirimidina (5-FU o capecitabina) es preferible, aunque también la observación sin quimioterapia es una alternativa aceptable para algunos pacientes, dice el análisis de los resultados de 12 ensayos clínicos aleatorios. El estudio se publica en JAMA Oncology.
Según estos resultados, lo adecuado es cambiar a una quimioterapia de mantenimiento más suave o, en algunos pacientes, hasta hacer una pausa en el tratamiento y luego reintroducir la quimioterapia completa cuando la enfermedad avanza, comenta el Dr. Mohamad Sonbol, oncólogo de Mayo Clinic.
El objetivo de la terapia contra el cáncer colorrectal metastásico es prolongar la vida y simultáneamente conservar o mejorar su calidad. Debido a que la mayoría de estas terapias conllevan efectos secundarios, es importante recurrir a tratamientos que alcancen el máximo beneficio, pero con los menores efectos secundarios, anota el Dr. Sonbol, autor principal del estudio.
Una oportunidad de oro
El cáncer colorrectal es el tercero más común en Estados Unidos y para cuando se lo diagnostica, ya se habrá diseminado a otros órganos en 1 de cada 4 pacientes. Los ensayos aleatorios controlados han probado distintas estrategias para la quimioterapia continua que debe administrarse después del tratamiento inicial y las comparó con la quimioterapia de mantenimiento menos intensa y la observación sin quimioterapia.
Los resultados de estos ensayos han sido variables y eso dificulta sacar conclusiones. Por ello, el estudio de Mayo Clinic usó un metaanálisis en red de los resultados correspondientes a 12 ensayos para comparar las estrategias de tratamiento aplicadas y los resultados.
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El análisis no mostró ningún beneficio de continuar la quimioterapia completa hasta el avance de la enfermedad, comparado con otras estrategias. Además, frente a la observación, todas las estrategias de mantenimiento mostraron mejorías importantes en el control de la enfermedad, o sea, en la supervivencia sin avance. Los investigadores compararon más a fondo diferentes tratamientos usados para el mantenimiento y descubrieron que el preferido es la fuoropirimidina con o sin la adición de bevacizumab, medicamento usado en combinación con fármacos contra el cáncer.
Muchas quimioterapias utilizadas son beneficiosas inicialmente tanto para encoger el cáncer como para controlarlo; pero debido a que pocos meses después de la terapia se alcanza el máximo beneficio, hay entonces que enfocarse principalmente en mantener ese beneficio y al mismo tiempo minimizar los efectos secundarios. El estudio confirma que cambiar al tratamiento de mantenimiento no solo es adecuado sino también beneficioso, con la posterior introducción de la quimioterapia completa cuando avanza la enfermedad, añade el Dr. Tanios Bekaii-Saab oncólogo gastrointestinal de Mayo Clinic y autor experto del estudio.