Mientras que los casos de contagios de COVID-19 en indígenas Gnäbe Buglé subió de 71 a 90 casos en tres fincas de producción de hortalizas en el distrito de Tierras Altas en la provincia de Chiriquí, el Ministerio de salud advirtió este miércoles del alto riesgo de contagio al detectar que los indígenas realizan cultos los fines de semana de la religión Mama Tatda.
La directora regional del Ministerio de Salud en la provincia de Chiriquí, Gladys Novoa advirtió que todos los fines de semanas los trabajadores indígenas que laboran en Tierras Altas emigran desde diferentes puntos hasta la comunidad de Las Nubes donde realizan cultos a su religión Mama Tatda, lo cual representa un alto riesgo de contaminación de COVID-19.
Los contagiados están aislados en los campamentos en las áreas de trabajo y se les suministra medicamentos y se les mantienen confinado bajo la vigilancia de unidades de la Policía Nacional, afirma la doctora Novoa.
Pero tenemos que advertir que así como llegó una familia positiva a COVID-19 y causó todos los casos de coronavirus en este lugar, existe el mismo riesgo que esto pueda suceder durante los cultos religiosos que vienen efectuando.
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El peligro es alto
Añade que si esto ocurre se va a generar un gran problema en este distrito, ya que el problema se generalizaría y se tendrían que adoptar otras medidas.
Expresa que los indígenas que laboran en actividades agrícolas muchas veces emigran y llegan nuevas familias y es allí el riesgo de que puedan llegar personas que estén asintomáticos o con síntomas y puedan contaminar estas personas durante los cultos que se realizan los fines de semana.
Explicó que se necesita de la colaboración de la población para que puedan dar el lugar exacto donde se vienen reuniendo para poder intervenir y advertir a los indígenas Gnäbe Buglé del riesgo que tienen el reunirse sin las medidas de bioseguridad, que establece la toma de temperatura, uso de mascarilla y el distanciamiento según el espacio físico.
Augusto Jiménez, productor y dirigente de Tierras Altas confirmó que existe preocupación por los casos de COVID-19 en esta zona de producción, ya que se estima que hay unos 5 mil indígenas en labores de campo.
Estamos sugiriendo a las autoridades de salud se establezcan un lugar para la cuarentena y de esa forma mantener un control más estricto, ya que por idiosincrasia muchos indígenas no quieren seguir las recomendaciones que se le dan, asegura Jiménez.
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Más de dos mil casos
Señala que si los casos de coronavirus van en aumento se pondrá en riesgo la zona de producción porque tendrían que poner en cuarentena las fincas y no se podrá sembrar o cosechar producto lo que puede generar un desabastecimiento en todo el país.
En la provincia de Chiriquí van 2 mil 378 casos de los cuales 859 se han recuperado, 68 permanecen en el hotel hospital, 97 en el hospital Rafael Hernández, 1 mil 285 están confinados en sus casas y se han registrado 71 decesos de los cuales 70 son autóctonos.
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