Capira TIERRA DE LA Gente BUENA
Un pueblo pequeño, pero que aguarda entre sus calles y su gente buena, un gran espacio en la historia de Panamá. Según sus propios pobladores y la historia escrita, hablan de un cacique que luchó por las tierras en el pasado y la ayuda a conformarse.
Solo basta con caminar por sus calles y ver cómo los lugareños han hecho un esfuerzo por buscar su propio sustento, pequeños almacenes, puesto de ventas de legumbres y verduras que ellos mismos cosechan en sus tierras se ven a lo largo de las vías internas.
La llegada de los extranjeros también se ha hecho evidente, sobre todo los asiáticos, que son dueños de la mayoría de los restaurantes y comercios locales, y ocupan en empleos a gran parte de los residentes.
La señora Juana Rodríguez vive en Capira desde hace 40 años, y a su edad aún siente deseos de ir al parque a tomar aire fresco con sus nietos, ella dijo que lo que más le gusta de Capira es a que, a pesar del tiempo, ha conservado los ríos que ella visitó de niña casi intactos y aún se pueden ver lugares verdes y áreas montañas.
Ella escucha que muchas personas se quejan de que a Capira le hace falta modernizarse, pero para ella su pueblo está bien como está, y aseguró que el que quiere modernidad que se vaya a la capital.
El término Capira parece proceder del nombre de un cacique que gobernó en el área donde actualmente se enclava el distrito. Ciertas fuentes citan a Capira no como un cacique, sino como un guerrero indígena que, al igual que el cacique, hubo de ser el dominador del área en épocas pasadas.
El pueblo de San Isidro de Quiñones de Capira, primer nombre que recibió, fue fundado en 1628 por órdenes del presidente de la Real Audiencia de Panamá, don Alvar Quiñones de Osorio, quien deseaba concentrar en el lugar a los indios Codes.
Pero luego en 1855, durante la Época Federal de Panamá, por Ley de 12 de septiembre, Capira se convirtió en distrito.