Alegra con su música
¡Ay, se va la Linda Ballestero para Panamá y el consuelo que me queda... Yo me voy detraa ! ¡Ojue! Qué bueno todo y no es que se está en tiempo de las patronales de santa Librada, no señores, así son las calles tableñas durante cualquier día de la semana.
No es cuento, así son de alegres y amenas, gracias a las melodías que ejecuta con el violín el señor Liovigildo González Frías, quien se gana el sustento diario para mantener a su familia tocando diferentes piezas musicales por las calles de la comunidad de Las Tablas.
Liovy, como le apodan en su comunidad, relata que a los 18 años empezó a tocar el violín y aún a sus 86 años sigue en la misma faena, porque no puede trabajar debido a una enfermedad cardiaca que lo aqueja desde hace algunos años.
Yo tiraba machete, me picaban las moscas y trabajé mucho en el monte, pero ya no lo puedo hacer y por ello he seguido tocando el violín a fin de ganarme unos realitos para comer y llevar algo a la casa, así lo describe don Liovy.
Las personas, tanto adultos mayores como de las nuevas generaciones, se le acercan y le piden que toque piezas como: Carretera a Canajagua, entre otras.
Pero, según don Liovy, entre las piezas más solicitadas por las personas están: La Linda Ballestero de Abraham Vergara, Río Muñoz de Chico Purio Ramírez y Recuerdo de la Laguna de José De La Rosa.
Todas estas piezas se las enseñó a tocar Amable Jaén, oriundo de Pedasí, hace ya muchos años.
Cuenta que él habitó en dos regiones: Valle Rico y El Loro de Las Tablas y con los años se estableció como residente en la barriada Santa Isabel de Las Tablas.
Relata que debido a la falta de ingreso, se vio en la necesidad de vender una de las medallas de oro que se ganó en un Festival Nacional de la Mejorana, pues no le quedó de otra.
Su faena diaria empieza temprano, se instala en cualquier lugar, ya sea un restaurante, en el parque de Las Tablas o en la conocida esquina de Los Villarreal y allí empieza a tocar su violín y cualquier persona que pasa le dona algo de dinero.
Estos gestos de solidaridad de los tableños son muy agradecidos por este músico, quien en lugar de pedir dinero, prefiere seguir trabajando tocando y tocando el violín y permitiéndoles a los santeños disfrutar de su música.