Desde joven, Manuel Rodríguez supo que tenía manos prodigiosas. Manos con talento para realizar obras de arte a base de barro muy cotizadas en el territorio nacional y fuera de nuestras fronteras.
Desde 1979 se dedica a la pintura y a la confección de artesanías de barro en la provincia de Veraguas, específicamente en el Centro de Demostración Artesanal de La Peña, en el distrito de Santiago, en Veraguas.
Él cuenta que cuando era niño le ayudaba a su mamá a hacer figuras, jarrones y otros recipientes que luego eran vendidos para el sustento familiar. Fue así como se inició en la alfarería.
Actualmente, Don Manuel es uno de los pocos artesanos del corregimiento de La Peña que aún quedan trabajando el barro en ese lugar pues muchos de los que iniciaron con él abandonaron la actividad, otros crearon talleres en pueblos lejanos y no faltan los que se fueron a la universidad a estudiar otro tipo de arte.
De acuerdo con Manuel, su especialidad es el arte precolombino y para que la actividad le fuera rentable tuvo que variar el arte, tanto en el aspecto artístico como en las figuras geométricas que utiliza.
Para este artesano no es fácil moldear el barro hasta lograr una figura del agrado de las personas, por lo que hay que ser muy creativo y debe esforzarse en cada detalle para conseguir esos trazos muy gustados por los amantes del arte, sean nacionales o extranjeros.
Para hacer buenas piezas, comenta, se requiere mucho sentimiento, imaginación, intuición y habilidad, además de mantener conectados la mente, el cuerpo y las extremidades, cuando se utiliza la máquina moldeadora del barro.
Expresa que ama las líneas y formas que el indígena precolombino dejó plasmadas a través de sus utensilios de uso diario, los cuales contienen una riqueza artística incomparable.
El sentimiento de superación siempre lo tuvo presente, pues el talento nato no es suficiente y debe mejorarse cada día aprendiendo nuevas técnicas.
Todo esto hizo que ingresara en la Escuela de Bellas Artes a estudiar pintura y a la Universidad de Panamá a hacerse un profesional. Además se ha capacitado en el extranjero en cerámica precolombina y monumentos históricos.
Manuel manifiesta que el arte de moldear el barro se está perdiendo, por lo que uno de sus deseos es dejar todo su legado a la juventud y que esta se interese más en el arte y continúe desarrollando la actividad. Pero para que esto sea posible se deben mejorar las instalaciones en las que trabajan los artesanos de La Peña.