- a ninguna persona se le cobra por llegar y quedarse en esta casa que es
- un pesebre.
Es común observar un nacimiento en cualquier residencia, pero no cuando se convierte una casa en un pesebre navideño. Es el caso de la vivienda de Anel Herrera, en la barriada Las Palmeras, en la ciudad de Santiago, en Veraguas.
No importa cuánto se gaste, menos si se tiene que dormir en el baño, cocina o la sala, que ya tampoco existe, cuenta Anel, quien junto a su familia todos los años para estas fechas convierten su casa en un gran pesebre.
La idea nace como agradecimiento al Señor Jesucristo, después de superar dificultades en su hogar. Ahora se siente feliz, a su casa concurren centenares de personas, principalmente los niños, a ver el pesebre.
Desde el inicio de noviembre ya su residencia era muy visitada por niños y sus padres, quienes iban a observar los avances de los trabajos de este nacimiento.
Para la familia Herrera, lo importante es que antes, durante y después de la Navidad se concentren las familias y van a observar el gigantesco pesebre o nacimiento navideño.
Sostuvo que a nadie se le cobra por llegar y quedarse en su casa. El día de la Navidad se tiene contemplado una misa para las personas que visiten este lugar.
Se hacen posadas y se les da las bendiciones a los niños y a sus padres que concurren a esta residencia.
Al pesebre llegan tanto de día como de noche más 300 personas, incluyendo algunos extranjeros, quienes se quedan asombrados en ver las curiosidades de los arreglos y el mensaje que se quiere dar con las celebraciones navideñas.
Estos veragüenses se quedan sin casa, durante diciembre, enero y hasta febrero, porque muchas personas piden que no se desarme el pesebre, puesto que así tienen la oportunidad de llevar a los niños en las noches a recordar la Navidad, por lo que se da un gran movimiento de visitantes.
Manifiesta que toda persona que desee pasar la Navidad en esta casa pesebre puede hacerlo sin ningún problema.