- El pueblo de Monagrillo se destaca por su alegría y profundo sentir religioso.
El popular y siempre alegre pueblo de Monagrillo es conocido por la tradicional celebración de su santo patrono, san Miguel Arcángel.
Esta festividad se ha celebrado por más de 104 años y tiene gran relevancia por su valor artístico, cultural, religioso, histórico y folclórico para todos los chitreanos y moradores de la región herrerana.
Las fiestas de san Miguel, famosas por sus corridas de toros y tamboritos, se iniciaron el 20 de septiembre y se extenderán hasta el 5 de octubre, ya que se dividen las celebraciones religiosas de las festivas y folclóricas.
Entre estas se destaca el tradicional repique de campanas para anunciar el inicio de las festividades, a la medianoche, así como el entierro de estacones de la barrera en la plaza Hipólito Pérez Tello, una de las actividades más gustadas por los moradores del lugar.
La plaza fue abarrotada por lugareños y visitantes para participar en la junta para el entierro de los estacones con los que se confeccionó la barrera de toros, al son de música típica, tamboritos, presentaciones artísticas y homenajes a personalidades sobresalientes del pueblo de Monagrillo.
Entre los homenajeados este año sobresalen los señores Samuel Ríos, Federico López y Pablo Samaniego, quienes han contribuido a mantener viva la tradición de san Miguel Arcángel.
Las actividades religiosas se iniciaron la víspera de san Miguel, con un tradicional repique de campanas en el Parque Alberto Isaías Pérez, para luego realizar la salve y procesión, así como un espectacular despliegue de fuegos artificiales, para anunciar a todo el pueblo el inicio de la festividad.
Elías Corro Cano, morador de Monagrillo, destacó la importancia cultural que tienen las fiestas de san Miguel, en las que lo tradicional se une con lo religioso, y se viven costumbres poco repetidas en otros lugares.
Mencionó que las corridas de toros se realizan hasta altas horas de la noche, por lo que la barrera es una de las pocas que cuenta con luz eléctrica y tarimas, y en la que no se juega cualquier animal, sino los más bravos, lo que ha ocasionado que más de un jugador termine corneado.
Son, sin duda, unas fiestas patronales a otro nivel.