Miles de personas se dieron cita ayer domingo en el tradicional festival de cometas y panderos, que por 26 años se ha llevado a cabo en la playa El Retén, en Monagrillo, provincia de Herrera.
Empresas, políticos, hombres, mujeres y niños se organizaron para crear sus cometas y competir en las diferentes categorías, además de pasar un rato agradable y disfrutando de la brisa propia de esta época de verano.
En medio de un ambiente de fiesta, las personas miraban con asombro cómo se elevaban las cometas, algunas pequeñas y otras de gran tamaño, algunas de las cuales llegaban a medir hasta 3 metros de alto.
Exhibición de vehículos modificados, unidades móviles, tarima de espectáculos y un buen ambiente familiar fue lo que se vivió en el lugar, que estaba a su máxima capacidad, pero sobre todo con el objetivo de mantener una tradición propia de la época de verano, propicia para grandes y chicos.
Y es que según los expertos, elevar un pandero no es tarea fácil. Grupos de varias personas se organizaron con mucho tiempo, para confeccionar sus cometas, pero además para repartirse las tareas, ya que para que logren el nivel adecuado de elevación, se requiere que tengan suficiente soga y rabo, el cual se hace de tela de colores vistosos.
Cristian García, quien participó del festival con un pandero de más de dos metros, informó que requirió más de 100 metros de rabo, y por lo menos 200 metros de soga para que el pandero se eleve y se mantenga en el aire.
Es un trabajo que realizamos entre más de 15 personas, porque elevar un pandero de este tamaño no es una labor sencilla de lograr, explicó García.
Algunos panderos, sobre todo los más grandes, pueden tomar hasta una semana para que estén listos. El proceso incluye la confección del esqueleto; el amarre de la telaraña que sostiene el papel; luego, el proceso de forrado y pegado con engrudo.
Marcos Rodríguez, quien participa cada año del festival junto a amigos y familiares, relató que uno de los procesos que más tiempo toma es la pintura y decoración del pandero.
Para ello, dijo, se inspiran en personajes, películas, santos o los nombres y rostros de familiares, todo dependiendo del gusto del artista o del dueño del pandero.
En el festival de panderos y cometas, un grupo de jurados escogidos por los organizadores califica diversos aspectos, entre ellos el tamaño, la altura que logren y la estabilidad una vez que sube el pandero.