- El cuero debe ser traído de Chepo en Panamá, o bien de Chiriquí o Guararé, en Los Santos.
Artesanos herreranos, especialistas en la confección de cutarras, el calzado típico del hombre de la campiña interiorana, hacen lo posible por mantener viva la tradición que viene de inicios del siglo pasado.
Se venden en mercados de artesanías de todo el país y debido a su importancia para agricultores, ganaderos y miembros de conjuntos típicos, las cutarras son cada día más costosas y difíciles de conseguir, por lo que los artesanos buscan salvaguardar su tradicional uso.
La cutarra tradicional está compuesta por una suela de cuero cuadrada, y además incluye las correas o tiras de cuero para tejerlas, que pueden ser de cuero amarillo o de cuero colorado.
La diferencia está, según los artesanos, en el tipo de cuero. El color ladrillo, más utilizado en el país, es cuero de vaca, mientras que el cuero amarillo, apreciado por su vistosidad, es cuero de caballos.
Rommel Rodríguez, de Chitré, artesano dedicado a trabajar el cuero por más de 15 años, indicó que uno de los cuidados principales a la hora de hacer las cutarras es eliminar las asperezas que tenga el cuero para lograr un terminado más fino.
Una vez mojada la suela, se procede a sacar el molde de cualquiera de los pies, y a abrir los orificios (ojales) para insertar las correas que luego serán tejidas, explicó.
Como dato curioso, el número de orificios o correas varía de acuerdo al modelo de la cutarra que se confecciona.
Gran parte del cuero producido en la región es exportado hacia Centroamérica, Europa y Asia por las tenerías, que han hallado un mercado seguro y atractivo para las pieles de ganado.
Marcos Rodríguez, también chitreano y artesano especialista en cutarras, aseguró que la principal materia prima el cuero- debe ser traído de Chepo, en Panamá, o bien de Chiriquí o Guararé, en Los Santos, ya que los productores herreranos de cuero prácticamente han desaparecido.
El productor asegura que el cuero escasea, ya que gran parte de lo que se produce es comercializado en el exterior, lo que ha provocado que hoy un par de cutarras cueste entre 10 y 12 dólares, cuando hace unos años el precio máximo era entre 5 y 6 dólares.