El sonido de las castañuelas y el zapateo de más de 300 diablicos sucios se apoderó ayer del pueblo de Las Tablas, en la provincia de Los Santos, durante el primer Desfile de Diablicos Sucios.
Como fue previsto, el desfile se inició a las 11:00 a.m., encabezado por el abanderado, el periodista Manolo Álvarez Cedeño.
Danzas de La Villa, Parita, Chiriquí, Coclé, Chitré y La Chorrera fueron expuestas durante este evento que busca exaltar aún más el folclor panameño.
Tanto locales como visitantes extranjeros lograron distinguir ayer la diferencia existente entre varios tipos de diablicos, como el caso del Diablico Sucio de Parita con el de La Villa.
Diferencias
Los pariteños llevaron ayer dos danzas que se distinguían por el pantalón de jeans con rayas, y el otro elaborado con rayas verdes y amarillas, parecido al de La Villa.
Estas danzas de Parita cuentan con otro estilo de baile y sus máscaras representan animales, mientras que los de La Villa siempre se han caracterizado por la máscara de diablo.
José González, artesano de la región de Azuero, indicó que el costo de estas máscaras van desde los 25 dólares, 65, hasta llegar a los $300, las más trabajadas.
Manuel Paz, quien desde hace 30 años enseña a bailar las danzas del diablico en La Villa, expresó que ellos como diablada saben distinguir cuando el diablico es de los buenos, pues el zapateo, el toque de castañuelas y el sonido la música tiene que concordar.