Veraguas.
Una bonita y vieja tradición que ha ido creciendo como si fuese una feria, es la que hacen todos los años, los pescadores de la apartada comunidad de Bahía Honda en el distrito de Soná, en la provincia de Veraguas y que se realiza desde el 21 al 27 de marzo la cual consiste en vender decenas de quintales de pescado secos, para los días anteriores al viernes santo.
Gerarda Montilla, es dama oriunda de Bahía Honda, ella dijo que tiene cerca de 80 años y nos comentó que desde pequeña, ella viajaba desde allá junto a sus padres a Soná a vender pescado seco para estas fechas. Explicó que las embarcaciones no tenían motores como ahora sino que eran navegaban con velas y tardaban muchos días para llegar al Río San Pablo, ahora es más rápido por se hace a motores muy potentes y grandes.
Señaló que las ventas de pescado seco para el tiempo de semana santa, cree que hace más de 100 años, porque según la señora Montilla, los que eran adultos a ese tiempo que fue niña ya hablaban de esta actividad que venía de muchos años.
Gerónimo Espinosa, es un pescador de la mencionada comunidad dijo a este medio que cerca de 250 personas, son las que participan este año de esta vieja tradición y trajeron mucho pescado seco, también cocos, pipas y otros productos para las ventas.
Marcial Arosemena, residente en Soná comentó que los pescadores artesanales de Bahía Honda, trajeron para estos días de semana Santa más 300 quintales de pescado seco, como corvinas, pargos, jureles, agujas, toda variedad bien empacado para venderlos en Soná.
En semana santa, es sabido que los cristianos consumen pescado como parte del ayuno o respeto a nuestro señor Jesucristo quien murió en la cruz para salvar a la humanidad, también se tienen como parte de las costumbres que nuestros antecesores no comer carne en esta fecha.
Muy sentido dijo sentirse Gerónimo Espinosa, como pescador por ellos son personas respetuosas hacia las autoridades pero se atrevió a decir que para esta feria del pescado seco, no tuvieron el apoyo que esperaban de las autoridades municipales y menos de los que tienen que ver con la administración de la feria en Sona, por que algunos de sus compañeros los ubicaran en los pesebres de las vacas y caballos en tiempos de la feria nacional de Soná para vender sus pescados.
Gerónimo Espinosa explicó que lo actuado es deprimente porque se habla del rescate de las viejas tradiciones donde ellos como pescadores hacen el sacrificio en traer buen producto del mar para vender donde se tiene la garantía que lo que llevan a la boca está sano, pero no es posible que se les coloque en un lugar insalubre donde se pone en riesgo incluso la salud de los consumidores y pescadores.