Este Humedal que fue creado por resolución en 1994 tiene una extensión de 20,025 hectáreas.
Otra actividad que genera muchas visitas es el cuido de los huevos y las crías y de tortugas.
@lmg0625
Bocas del Toro es un lugar que posee una impresionante biodiversidad y cuenta con el humedal San Pond Sak, donde se localizan especies endémicas, otras en peligro de extinción y algunas que con el transcurrir del tiempo se han visto afectadas por la incursión del hombre.
Hace poco más de una década, empresarios nacionales y extranjeros junto con los vecinos del lugar se unieron en la Asociación de Amigos y Vecinos de las Costas y la Naturaleza (AAMVECONA) y el Estado, a través de la Autoridad Nacional del Ambiente, y voluntarios panameños como del resto del mundo, en un esfuerzo dirigido a proteger lo existente y recuperar lo que se había perdido.
Tomás Mora, jefe del humedal San Pond Sak, señaló que el lugar forma parte de la Reserva de Biosfera la Amistad (RBLA), junto al Parque Internacional La Amistad, el Parque Nacional Volcán Barú, el Humedal Lagunas de Volcán, la Reserva Forestal de Fortuna, el Parque Marino Isla Bastimentos y el Bosque Protector de Palo Seco.
Agregó que en el lugar existen siete tipos de vegetación, que son bosques inundados, matorrales y pantanos de ciperáceas. También otras dos relacionadas con la intervención humana, o sea, hierbas utilizadas en potreros.
En cuanto a la fauna, se conocen 24 especies de mamíferos, 160 tipos de aves, 36 de anfibios, 74 de reptiles y 42 de peces de ambiente de pantano y agua dulce.
Actualmente hay 180 personas que viven dentro de los terrenos del humedal, casi todos estaban antes de creado el sitio y se han sumado al cuido del lugar, pues han visto con buenos ojos estos proyectos, como la industria turística ecológica que les genera más dividendos.
A partir del 2014, se asig nó una partida quinquenal de 486 mil 870 dólares que son aportados por la Anam.
Según el documento del plan de manejo del humedal, se busca que los habitantes de esta región logren integrarse al turismo ecológico que a su vez es una actividad que garantiza la protección de las diferentes especies para lo cual se ha invertido miles de dólares.
En tanto, José Herrera, residente por muchas décadas en los humedales, tuvo un día, hace más de 12 años, la iniciativa de poner hojas frescas de plátano y banano, así como racimos de estas frutas en un lugar estratégico del manglar del río San , y la idea funcionó, los manatíes, que son uno de los atractivos, poco a poco llegaron a comer y se fueron acostumbrando.
Este humedal internacional es un sitio digno de visitar en Bocas del Toro. Vaya lo más pronto posible.