Manos celestiales
Casimiro García dice que desde muy pequeño se dio cuenta de que sus manos fueron dotadas con un don celestial que le permiten expresar su devoción y dar forma a través del arte a las imágenes de quienes son considerados héroes de la fe católica.
En su humilde residencia en la comunidad de Las Huacas de Cañazas, tiene el taller donde todos los días trabaja el barro, el yeso y la fibra de vidrio para ir formando la apariencia física y corporal de los santos.
Este talentoso artista veragüense, de 54 años, expresa que cuando era niño les gustaba mucho ver las imágenes y anditas de los santos cuando iba a la iglesia y desde aquella época nació en él esa afición.
Casimiro cuenta que cuando tenía 20 años empezó a hacer y restaurar imágenes gracias a la orientación que le dio el sacerdote Alfredo López, quien observó el talento que él tenía y lo encaminó en este oficio.
El modelado, el esculpir y el tallado son cosas que son innatas en mí , soy escultor de nacimiento, dice Casimiro; pero reconoció que tuvo que ingresar a la escuela de Bellas Artes donde obtuvo los títulos de técnico y licenciatura en Bellas Artes, logrando obtener conocimientos y técnicas que le sirvieron para complementar su talento y hacer hermosas obras.
Este escultor manifiesta que es un creyente de los milagros y por esto su línea de trabajo está dirigida a lo religioso, aunque también es capaz de tallar diseños y figuras naturales.
Casimiro siente que con las imágenes que hace puede ayudar a mucha gente a obtener milagros a través de la fe en los santos que fueron testigos del amor de Dios. En sus 34 años dedicados a hacer estatuas, ha logrado crear miles de réplicas y hasta perdió la cuenta.
Al iniciar cada obra le pide a Dios sabiduría para que quede perfecta.