Pequeños esperaron despiertos
Una vez abiertos los obsequios, pidieron a sus padres que los bañaran para salir a disfrutar de las bicicletas, triciclos y carros.
En Santiago, a diferencia de lo que ocurría en la década de los 90 y antes, muchos niños de ahora ya no quieren esperar hasta la mañana del 25 de diciembre para despertar rodeados de regalos, sino que esperaron despiertos hasta que dieron las 12:00 m.n. para correr al arbolito y descubrir cuál es el regalo que le trajo el Niño Dios.
Según la estudiante de Psicología Elizabeth Pérez, a los niños de hoy les inquieta saber si en realidad es Santa el que trae los regalos, y por eso se quedan despiertos para presenciar su llegada.
A pesar de esto, los padres buscaron la manera de colocar los regalos en el arbolito sin que los más pequeños lo notaran.
Los niños no tenían hambre ni sed, mucho menos ganas de ver televisión. Todos estaban fascinados con sus juguetes nuevos y los comparaban y compartían con sus amiguitos. Este fue uno de los pocos días en que a los niños no se les pone restricciones a la hora de jugar.
Sin embargo, una realidad distinta viven los niños de áreas rurales de la provincia de Veraguas.
Anayansi Pineda, oriunda del distrito de Cañazas, cuenta que en comunidades como Cerro de Plata, El Flor, Las Cruces y otras, los niños no saben qué es la Navidad y se acuestan a dormir la noche del 24 y despiertan la mañana del 25 de diciembre como un día cualquiera.
Muchos de estos niños de áreas apartadas no conocen la historia de Santa Claus ni de los Reyes Magos. Algunos juegan en Navidad con el único carrito o muñeca nueva que recibieron en la fiesta que hace el representante del área o alguna empresa o grupo que decida hacer un agasajo como labor social en estas comunidades, manifestó la joven.
Mientras, en la provincia de Los Santos los tiempos han cambiado, la tecnología ha llegado a los pueblos rurales y ya no es lo mismo que en épocas pasadas, donde el juego de té y la muñeca eran los juguetes que adornaban las casas campesinas.
Eylin García, una niña de tan solo dos años, entre palabras balbuceadas sabe decir que sus juguetes son: una computadora de Sofía, una tablet y una bicicleta.
Para Otilia Vergara, de Sabanagrande de Los Santos y quien trabaja con niños en catequesis, indica que hay juguetes que no han sido desplazados, como la bicicleta, pero en su mayoría buscan lo nuevo, lo innovador y más ahora cuando en los almacenes te muestran en revistas los juguetes del momento.
Para Vergara, en su grupo de catequesis, señala que de 20 niños, unos 15 de ellos soñaron que sus padres en esta Navidad les regalaran la tan famosa tablet.