Plácidos pozos termales
Agua caliente y salobre que emana del río Aguacate ofrecen los pozos termales en la comunidad de El Potrero, en Calobre, que siguen atrayendo a muchas personas, quienes acuden en busca de terapias corporales, sobre todo cuando tienen problemas en las articulaciones.
Francisco Hernández, residente en esta comunidad, sostuvo que hace más de 50 años conoce los pozos termales, donde llegan personas con impedimentos para caminar o mover las manos, dedos y piernas; luego salen normales.
Hernández explicó que antes era muy difícil llegar, pero ahora se puede en vehículo doble tracción hasta cierta parte del camino, para que el que necesita hacer terapias térmicas lo pueda realizar sin tanto sacrificio.
Los que van a los pozos termales se dan baños de agua tibia, luego un poco más caliente y, finalmente, la que humea.
A criterio de Hernández, casi la mayoría de las personas que acuden a los pozos termales lo hace por recomendación de los fisioterapeutas, para que los tendones y vías circulatorias puedan lograr la movilización.
Para otras personas las aguas termales que salen del río Aguacate tienen otros usos, que no son terapéuticos, sino afrodisiacos.
Hay varios pozos de agua caliente y tibia conocidos como: tumba mujer, tumba hombre, el infernillo y el amiguito.
Entretanto, Herminio Rodríguez, ambientalista veragüense, comparte el criterio de que las aguas pueden servir como terapias a las deficiencias del cuerpo. Es también un lugar donde la naturaleza y el ambiente invitan a un descanso mental.
En este lugar hay un paraje envidiable, el agua corre muy clara, caliente, tibia y hasta fría.
Rodríguez explicó que la mayor novedad se da en los meses de lluvia porque el agua que sale de los pozos termales en horas de la mañana se ve humear como si fuese una olla caliente sobre una fogata.