A son de tamborito
Un grito de guerra con sabor a tamborito es lo que ha fortalecido el ánimo de los jugadores del equipo juvenil de Los Santos, quienes se encuentran de líderes en la tabla de posiciones del Campeonato Nacional de Béisbol.
No es el tamborito en las gradas ni en los palcos, es un tambor que resuena en la caseta de los mismos jugadores y que este año ha llamado mucho la atención del público, pues es una nueva innovación que han iniciado los santeños.
Maximiliano Amaya, padre del joven Miguel Amaya, quien es uno de los jugadores del equipo, explica que no solo lo hacen cuando ganan, sino también durante el juego para animarse.
Antes de iniciar el juego, hacen una rueda y Miguel Amaya se coloca en el centro de ellos con el tambor para hacer su porra al son del tamborito.
Esta porra la han llevado a los diferentes estadios que han jugado, porque es a la vez una manera de recordar que el santeño ama sus tradiciones, costumbres y dondequiera que ellos estén siempre recuerdan a su tierra y a su gente. Pero también su gente se dedica a seguirlo de esta misma manera, al son de tamborito y acordeón desde las gradas.
Juan y Joel Hernández, quienes junto a sus tíos conforman el conjunto La Parranda Tableña, se destacan en asistir a los juegos a apoyar al equipo y lo hacen sin remuneración económica de nadie.
Estos tableños empezaron a tocar los tambores en los estadios desde 2009, cuando el equipo de Los Santos logró ganar el campeonato nacional, después de muchos años.
La fiesta del béisbol santeño es, sin lugar a dudas, una mezcla de alegría con sabor a folclor, tradición y hasta religión, pues la imagen de santa Librada nunca falta en un partido en el que juega el equipo juvenil.