Desde hace cinco años, la feligresía católica residente en la comunidad de Valle Dorado, en el distrito de La Chorrera, en Panamá Oeste, trabaja para reunir los fondos necesarios para levantar la capilla que llevará el nombre de Virgen de La Merced.
Las ventas de cada domingo, luego de celebrada la misa, y las ferias familiares han servido para acumular los fondos suficientes para invertir en el inicio de la obra, la cual se estima tendrá un costo aproximado de 500 mil dólares.
La construcción de la capilla fue uno de los proyectos presentados por esta comunidad durante la realización de los cabildos comunitarios organizados por el Municipio de La Chorrera, para determinar los proyectos en que se invertirán fondos de la Ley de Descentralización.
Inicialmente, las celebraciones religiosas se realizaban en toldas, aunque desde hace cuatro años, la comunidad cuenta con una galera, no obstante, se requiere de la construcción de un depósito en donde almacenar equipos de sonido y otros implementos.
A falta del depósito, todo esto es guardado en diferentes casas incluyendo la imagen de la Virgen de la Merced, la cual fue donada por la señora Blanca Escobar.
Bajo este techo, cada domingo se congregan unas 200 personas, aunque la población de este residencial es mucho mayor.
El local es también utilizado por un grupo de cinco catequistas y sus asistentes para dictar las clases de catequesis de primera comunión y confirmación.
Durante estos cinco años, la comunidad católica de Valle Dorado ha logrado la titulación del terreno, además de la donación de los planos para la construcción de la capilla, por parte de un grupo de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Panamá.
Según los integrantes del Comité de Apoyo a la Construcción de la Capilla, se ha logrado obtener el apoyo de algunas empresas privadas.
Aparte de la necesidad de construir la capilla, la comunidad reclama la instalación de luminarias en las vías y mayor presencia de la Policía Nacional en horas de la noche, ello aun cuando a la entrada de la barriada está la base de operación de los "Linces".
Los moradores de esta comunidad son conscientes de la importancia de colaborar juntos en proyectos que beneficien a todos, como es el caso de la capilla, donde efectuar las misas.
- En la galera actual, también se dictan cursos de primera comunión y confirmación.
- Al principio, la comunidad hacía las celebraciones religiosas bajo toldas.
