Siempre he creído que somos un país muy pintoresco. Un país de mucho aguante, de gente buena y, sin generalizar, un país de mucha gente con doble moral. Los medios no escapan de ello y mucho menos los talentos que en ellos trabajan.
Hoy no critico a ningún show en específico porque revisando material para mis críticas me encontré tanto a cuadro como en redes sociales montones de ejemplos con los que puedo sustentar lo de la doble moral o los dobles discursos que, lamentablemente no solo lo vemos en los politiqueros de turno. También en talentos de los medios.
Un ejemplo "light" y reciente de la doble moral de algunos, por no calificarlos de una peor forma, fue lo que pasó con la nueva camiseta de la selección para el Mundial de Fútbol en Rusia. Personalmente creo que la camiseta es bonita y tengo muy claro que nuetra selección ni va a un fashion show a modelar y gana el que mejor vestimenta use por lo que creo que las críticas eran parte del entretenimiento nacional: criticar como "hobbie".
Un importante grupo de talentos de los medios, ya sea del área de deportes, noticias o entretenimiento empezaron a atacar o criticar el modelo del nuevo t-shirt en sus redes sociales personales. Cada uno a su manera, en sus plataformas y según sus gustos, literal, despellejó el nuevo modelo. Estratégicamente la marca de la camiseta empezó una campaña de "regaladera" o compra de conciencias de la nueva camiseta a los que ellos llaman influenciadores de los medios, ¿y qué creen ustedes que pasó? ¡Casi se acabaron las críticas! Varios de esos que acabaron con sus críticas al nuevo modelo del seleccionado de fútbol, quedaron alabándola, diciendo que era digna para nuestros jugadores, que era muy bonita, de maravillosa calidad, con buen diseño, mientras que otros, a los que no "les tocó", quedaron en sus espacios pidiendo públicamente a la marca que se las regalara, aunque no la hayan criticado. ¿Entonces, era fea o no la camiseta?
¿Cuál es el punto aquí? La incoherencia en el actuar de muchos talentos de los medios y el cómo, convenientemente, cambiaron por una camiseta bien rapidito su opinión negativa sobre un producto. Cada uno sabe cómo actúa. ¿Si la marca no se las hubiese obsequiado, qué estarían diciendo en este momento? Esto es bien simple: el que vende su opinión "crítica" por un tshirt, vende y se vende por cualquiera cosa.
Otro ejemplo reciente, muy reciente de doble moral, aunque menos "light", fueron los videos que circularon el fin de semana del hecho de violencia que dio en La Gran Estación.
Si usted enciende su televisión en un canal local verá a talentos de las diferentes áreas haciendo llamados a las autoridades por los índices de inseguridad. Vemos a anchor de noticias y periodistas dándose golpes de pecho hablando de valores, de respeto, de la inseguridad en el país, pero cuando uno revisa sus redes sociales, ¡sorpresa!, son los mayores divulgadores y promotores de la exhibición de este tipo de videos violentos, videos desinformadores o videos de antivalores. ¡No se puede ser tan incoherente! Una forma de ayudar y de ser coherente con la promoción del respeto que tanto cacarean, es precisamente no promocionar en sus redes estas imágenes. Informar sobre el hecho, sí, claro, pero no usar imágenes que evidentemente mueven el morbo no generalizo, pero en las redes existen montón de gente morbosa- y así se respeta, mínimamente a la familia de los afectados. Que periodistas se presten a la desinformación, al alarmismo y al uso de imágenes para generar seguidores o popularidad sin importarle el respeto a familias y dolientes, es asqueroso, es abominable, es ser una bazfia humana y merece tanto repudio como la poca seguridad en el país y la delincuencia. Por ellos, por este tipo de "seudoinfluenciadores" es que el periodismo pierde credibilidad y la siguen ganando los desinformadores disfrazados de todo tipo de profesiones.
Hay montones más de ejemplos de doble moral de gente de los medios con los que se pudiera escribir un libro, pero estoy seguro que con los dos que arriba escribo sobra para que usted que me lee le ponga cara y juegue a cierto y falso a medida que lee.
Los talentos de televisión que hacen críticas en shows de entretenimiento y sobre todo los periodistas tienen una enorme responsabilidad con las audiencias de su marca mediática. Tienen, por muchos seguidores que tengan en redes y se hayan convertido en marca para algunos clientes, la obligación de ser coherentes y muy responsables. No hacerlo no solo juega con su propia credibilidad y nombre, también con el de las marcas que representa, con el medio en el que trabaja y, con algo que debe importarle aunque sea un poquito, sus propias familias.
No se le puede pedir a los politiqueros de antes y de ahora nada, no se les puede criticar nada, no se les puede criticar a los delincuentes nada, si no somos capaces con nuestro actuar como talentos de medios masivos, de demostrarles que somos diferentes a ellos. Usted que me lee, sea de medios o no, respóndale a su conciencia ¿Tienes doble moral o no?
Los medios no escapan de ello y mucho menos los talentos que en ellos trabajan. Así lo sustenta El Titín.