Alexa Bliss es una luchadora que no solo ha tenido que enfrentar grandes retos arriba del ring, si no también fuera de él.
Entre sus batallas más difíciles de la vida destacan dos que han marcado la vida de a la que le llaman los "5 metros de furia": la anorexia y una conmoción cerebral.
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Bliss superó su amenaza mortal con la anorexia cuando decidió dejar de ser porrista en la Universidad de Akron.
"Era la segunda vez que me enfrentaba al transtorno alimenticio, pasé por eso primero en la secundaria. Luego cuando me uní como porrista de la universidad, tuvimos un régimen de entrenamiento muy estricto que tuvimos que seguir, fue duro porque me acababa de recuperar del primer transtorno alimenticio", expresó.
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"Teníamos que hacer cardio, quemar la grasa del cuerpo, cosas que los atletas deben hacer. Pero eso me volvió a encender todo para mí. Pasé de 120 a 80 libras en aproximadamente seis semanas. Esa fue la razón principal por la que dejé Akron. Fue después de un partido de fútbol. Todavía estaba con el uniforme. Le dije al entrenador que necesitaba ir a casa y buscar ayuda. Me interné en el Hospital Infantil Nacional de Columbus y los doctores fueron increíbles y me ayudaron a superarlo todo. Fue un momento difícil, pero también me convirtió en la persona que soy hoy", reflexionó la que una vez reinó en Raw.
Acerca de su reciente conmoción cerebral, Bliss dijo que: "Con lo que me ha sucedido, he aprendido que, una vez sufres una conmoción, eres más propenso a sufrir nuevas conmociones porque el cerebro no es como un tobillo, que podemos vendar y saber el tiempo aproximado que va a tardar en curarse... El cerebro es algo totalmente diferente. Debido a este proceso, ahora soy más consciente de que debo cuidarme; me siento más segura gracias a toda la información que me han proporcionado en lo que se refiere a conmociones y a cómo tratar de evitarlas".