Cuando salte hoy domingo al césped del Parque de los Príncipes, Neymar, el futbolista más caro de la historia, se someterá a un nuevo plebiscito de la hinchada del París Saint-Germain (PSG), la misma que se impacienta por una mayor implicación de su estrella tanto dentro como fuera del campo.
La primera jornada liguera ante el Caen será el primer termómetro serio para "Ney". El brasileño jugó en China los últimos 15 minutos en la final de la Supercopa ante el Mónaco (4-0), aunque ante un público local entregado de antemano y ajeno a las desavenencias del pasado.
Los seguidores del PSG están muy expectantes por saber qué actitud mostrará su estrella en su segunda temporada a orillas del Sena. No olvidan varios controvertidos episodios del último curso.
El primero comenzó en septiembre de 2017 con el "penaltigate", la disputa entre Neymar y el uruguayo Edinson Cavani por lanzar un penal en un PSG-Lyon. El charrúa acabó por hacerlo y, aunque falló, la hinchada se puso de su lado.
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Una polémica que se reprodujo el pasado enero en un encuentro ante el Dijon. El "10" del PSG, que ya había marcado tres goles en ese duelo, se negó a ceder el castigo máximo a Cavani, quien buscaba superar el récord anotador de Zlatan Ibrahimovic.
Los aficionados le silbaron por el gesto. Neymar salió dolido del Parque de los Príncipes.
"Tiene que ser más inteligente. Si le da el penalti a Cavani como un regalo para que bata el récord de Zlatan se gana al público y a su compañero para el resto de la temporada", analizó en declaraciones a "France Football" Nicolas Bottemanne, redactor de la web "Parisfan", que sigue estrechamente la actualidad del PSG.
Hasta finales de febrero, su rendimiento dentro del campo respondía a las expectativas (28 goles y 16 asistencias en 30 encuentros en todas las competiciones). Pero un esguince y fisura del dedo quinto metatarsiano que se produjo en aquella fecha truncó su evolución.
Se perdió la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones (los parisinos no lograron remontar el 3-1 de la ida y cayeron 1-2) y se marchó a Brasil a operarse y recuperarse para estar listo para el Mundial de Rusia de junio. Otra actitud que generó malestar entre los hinchas.
Regresó a la capital francesa el 4 de mayo después de mostrar escenas de su vida cotidiana poco disoluta en Brasil, pero no volvió a vestirse la zamarra del PSG esa temporada para estar al 100 % en el mundial.
En sus menos de dos semanas en Francia, tuvo tiempo para ver en directo desde las gradas la victoria de sus compañeros en la Copa y para acudir a la gala de la Liga Francesa en la que le coronaron como mejor futbolista del campeonato.