El fisiculturista kazajo Yuri Tolochko ha tenido revolucionado el internet y las redes sociales desde que decidió hacer pública su peculiar historia de amor.
En 2019, el deportista informó que se casaría con su muñeca inflable llamada Margo, luego de haber tenido un noviazgo de 8 meses.
Sin embargo, tras consumarse el matrimonio, Tolochko reconoció que le había sido infiel a Margo con otras dos muñecas sexuales. Ahora, en un nuevo giro a su novela, anunció que evalúa salir con humanos.
Y aunque para algunos la historia de Tolochko se parezca más al guión de una retorcida película o serie de comedia, la psicología afirma que uno sí puede llegarse a enamorar, en este caso, de una muñeca de látex.
¿Amor real?
"Sí, en efecto una persona puede enamorarse o tener atracción sexual por un objeto inanimado", manifestó a día a día la psicóloga panameña Ana Marina Olmedo.
"Este tipo de atracciones está considerada dentro de los trastornos sexuales o parafilias. Esta en específico se denomina agalmatofilia y se dice que desde tiempos ancestrales existe este tipo de atracción", explica la especialista.
Leyenda Pigmalión
"Un ejemplo de esto es la leyenda Pigmalión, en donde se relata que un hombre no sentía ningún tipo de atracción por la figura femenina e inició a tallar una estatua de la cual al final terminó enamorado", agrega Olmedo.
El concepto expuesto por Olmedo lo secunda y amplía Christian Iturralde, quien es psicólogo clínico y psicoterapeuta integral.
"(Las parafilias) Están relacionadas o son condiciones mentales o trastornos que tienen mucho que ver con el sistema de recompensas emocionales, de recompensas afectivas que ha tenido la persona a lo largo de su vida", manifiesta.
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"Algunos teóricos, desde hace muchos años atrás, específicamente como Sigmund Freud, relaciona las parafilias o fetiches con necesidades psíquicas que no fueron cumplidas durante las primeras etapas de la vida. Freud habla de una fase por la que pasa el ser humano y si el ser humano no suple o no cumple satisfactoriamente esas fases de su vida, la persona queda fijada en alguna de esas fases y por eso se desarrollan este tipo de fetiches", expresó Iturralde, quien añadió que estas situaciones pueden considerarse o no "normales" de acuerdo a la cultura de cada país o región.
"... Puede que para una cultura eso sea completamente normal, mientras que para otros no lo es", apuntó.
"Fantasioso"
Citando el caso de Tolochko, el especialista considera que el kazajo efectivamente sí puede estar enamorado de su muñeca, aunque él lo cataloga como una amor "fantasioso".
"Es un enamoramiento fantasioso debido a que esas primeras etapas que te mencioné no fueron resueltas, elaboradas o trabajadas de una manera sana , sino que quizás que esa persona haya pasado por algo, especialmente con la figura materna o paterna... estas personas, al no tener esa parte de su vida muy sana o bien trabajada, crean esta fantasía o fetiche", dijo.
Fijación
"También hay una teoría que habla sobre la fijación con objetos cuando somos niños. Esa teoría la aborda un teórico que se llama Donald Winnicot... él habla de que dentro de los primeros años de vida, los seres humanos tendemos a fijarnos con objetos", comienza señalando.
"Por ejemplo, cuando ves que un niño para poder dormirse tiene que utilizar una mantita, el chupón, un muñeco o texturas; entonces, desde esa teoría también se puede explicar la fijación sobre un objeto, a eso se le llama fijación objetal", abundó. "Puede que algo que le sucedió lo llevó a estar fijado con objetos que tengan esa textura (de la muñeca inflable) o que tengan algo que le recuerde a eso", continuó.
Relación con personas
Al analizar la nueva etapa a la cual podría aventurarse Tolochko, la de salir con humanos, Olmedo señala que "los efectos que pueda tener en una pareja humana son relativos, dependen del concepto que tenga esta nueva pareja sobre este tipo de parafilia".
"Este tipo de parafilias pueden tratarse en terapia dentro de enfoques cognitivos conductuales y psicoanálisis para lograr un entendimiento más profundo de la causa de sus pensamientos y comportamiento", aseguró.
Disociación de la realidad
"Definitivamente hay o puede llegar a haber una disociación de la realidad... puede haber una mala interacción o dificultades para interactuar con el resto de la sociedad", opinó, por su parte, Iturralde acerca de este punto.
"Claro, depende de la cultura, si la cultura lo normaliza, no tendría ningún efecto", aclara.
"(Si no lo normaliza la cultura) Pueden haber ansiedades, depresiones, síntomas clásicos de personas que sufren de algún tipo de disociación... y claro, que con la pareja que se vaya a buscar, posiblemente le cause algún efecto", manifiesta.
"Si la persona que él empieza a cortejar no le gustan esos fetiches que tiene, eso puede causarle una desilusión y luego vendrá entonces un duelo, y muchas cosas más pueden venir... hay varias secuelas que pueden quedar de una condición como esta", abunda.
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"Si él se consigue una persona sumisa, con autoestima baja, puede suceder que le incite a que haga o tenga comportamientos fantasiosos también, que posiblemente vayan contra la cultura, creencia o valores de esa persona que se acaba de conseguir como pareja, y empiecen entonces a crearse sentimientos de inferioridad, depresiones y todo lo demás... pero si consigue a alguien que comparta su fantasía, van a seguir en su fantasía", sentenció.
En el futuro, tal vez, tenga una persona real.
Cuando presenté su foto la de Margo al mundo, hubo muchas críticas... Ella ha cambiado mucho. Al principio, fue difícil de aceptar, pero me acostumbré más tarde.