El expelotero Alex Rodríguez describió para Espn la versión más personal del panameño Mariano Rivea, su excompañero en los Yanquis de Nueva York, que este domingo será exaltado oficialmente al Salón de la Fama del béisbol de las Grandes Ligas.
'Era capaz de machacar a cualquiera'
"Lo que los fanáticos siempre recordarán sobre él fue el comportamiento imperturbable que mantenía en la loma, lo estoico que se mantenía tanto en la victoria como en esos raros momentos en los que cargó con la derrota... Sin embargo, el 'Mo' que conozco es totalmente capaz de machacar a alguien que lo necesitaba. Como me pasó a mí".
Siempre metido en partido
"Uno de los peores lugares para estar en el planeta Tierra era el clubhouse de los New York Yankees... Como parte de su rutina, él (Mariano) permanecería dentro del clubhouse en los primeros tramos del partido, preparándose para lanzar las entradas finales y si caíamos en desventaja y yo me dirigía hacia mi vestidor durante nuestra oportunidad al bat, él estaría encima de mí. '¿Qué estabas pensando, haciendo swing a ese pitcheo que pasó sobre tu cabeza?', me exigía. O diría: '¿Qué clase de jugada fue esa? Regresa ahí, idiota'.
Perfectamente aliñado
"Siempre estaba perfectamente afeitado (no recuerdo haberle visto alguna vez con una ligera barba, jamás) y en cada gira, su corbata estaba bien anudada, perfecta, como si fuera un sargento de rutinas".
Un 'atleta fenomenal'... 'podía hacer un split (a sus 40 años)'
"No creo que la gente entienda la clase de atleta fenomenal que era. Al final de nuestras carreras, se hicieron varias pruebas de condición física y Mariano tenía el mejor salto vertical de cualquier pelotero presente: 35 pulgadas. Podía saltar como conejo, con la flexibilidad de un gimnasta. Poco después de cumplir 40 años, era capaz de caer y hacer un split".
'Si tú tuvieras mis pelotas, tendrías 1.000 jonrones'
"Aproximadamente, el 80 por ciento de nuestras conversaciones eran en español. Cuando Mariano lanzaba su último pitcheo de calentamiento, yo siempre era el infielder que se lo devolvía, como tercera base e intentaba motivarlo, llamándolo 'muerto' en son de burla: 'Vamos, muerto...'... Le decía: 'Mo, si tú tuvieras mis pelotas, ya tendrías 800 salvados'. Y él respondía: 'Si tú tuvieras mis pelotas, tendrías 1.000 jonrones'. Después del retiro de Mariano y yo jugara los últimos años de mi carrera, él decía en son de broma que iría a Federal Express a enviarme sus testículos, para que yo tuviera un par.
Así eran sus enseñanzas bíblicas
"Mariano siempre quiso enseñar y como si fuera un pastor, siempre tenía una Biblia consigo, pero jamás se excedió: es excelente a la hora de dar un mensaje. Él quería que yo hiciera las cosas bien y cuidar de mí, alentándome a asistir a los servicios religiosos dominicales.. estaba agotado y le decía que declinaba ir. Se molestaba, castigándome con su silencio por todo un día. Detestaba decepcionarle".
'Nunca apoyó todas las porquerías que hice'
"En los peores momentos, Mariano me llamaba todo el tiempo. Se montaba en un avión, viajaba a Miami para verme y era sumamente directo: '¿Qué demonios estás haciendo?'. Nunca apoyó todas las porquerías que hice. Él está lleno de convicción y era un verdadero Norte".
"Cometí muchos errores y él me acusó directamente, mirándome a los ojos y castigándome. Pero nunca lo hizo de una forma que me hiciera sentir que él me miraba por debajo del hombro; me hacía sentir que era posible que yo lograra conseguir la forma de arreglar las cosas, si tomaba mejores decisiones. Mariano jamás me dio la espalda y siempre me daba esperanzas".
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"Eventualmente, asumí mis errores. Mariano me envió un mensaje de texto preguntándome: '¿Por qué no hiciste esto durante toda tu carrera?'. Después que regresé a los Yankees en los entrenamientos primaverales de 2015, Mariano llegó como instructor invitado y me hizo a un lado de buena manera, como siempre suelen hacer los buenos amigos. Me miró y me dijo: 'Lo estás haciendo realmente bien'. Se me pone la piel de gallina pensando en esas palabras y lo que significaron en ese momento".
'Afortunado' por ver la combinación Mariano-Enter Sandman
"Se sentía como si estaba a un lado del escenario de un concierto cuando Mariano aparecía en los partidos en el Yankee Stadium, con 'Enter Sandman' retumbando en los altavoces y el rugir de la multitud en respuesta, Mariano trotando para el acto final, cabizbajo. Me decía lo afortunado que era al estar allí y poder ver al arma de pitcheo más grande de la historia del béisbol".