Desde el pasado lunes, el suministro de agua potable se ha visto severamente afectado en las provincias de Los Santos y Herrera, debido a la crecida del río La Villa, lo que obligó a paralizar la planta potabilizadora Rufina Alfaro en Los Santos, y reducir al 50% la producción de la planta Roberto Reyna, ubicada en Chitré.
Ambas plantas se encuentran a orillas del mismo río, por lo que han sufrido los efectos directos del aumento en los niveles y la calidad del agua cruda que se capta para tratamiento.
La directora regional del IDAAN en Los Santos, Yulissa De Gracia, explicó que la suspensión total de la planta Rufina Alfaro responde a una situación crítica detectada tras la fuerte crecida del río.
"Tuvimos que hacer mantenimiento inmediato a la toma de agua, y los análisis de calidad revelaron una gran cantidad de microorganismos vivos no usuales en la captación del río. Por seguridad, se decidió paralizar la planta y proceder con una desinfección total de sus sistemas internos."
De Gracia detalló que se tomarán nuevas muestras de agua y se esperarán los resultados antes de reactivar la operación de la planta, por lo que la reanudación del servicio dependerá de que las pruebas de calidad confirmen que ya no hay presencia de estos microorganismos en el agua captada.
El Instituto de Acueductos y Alcantarillados Nacionales (IDAAN) informó que se mantiene el monitoreo constante del caudal y la distribución de agua potable mediante camiones cisterna a hospitales y centros de salud, así como a la población más afectada, para lo cual se solicitó apoyo a otras instituciones para reforzar la distribución.
La planta Roberto Reyna de Chitré también se ha visto afectada, aunque continúa operando al 50% de su capacidad debido a la alta turbiedad en el agua cruda, producto de las lluvias intensas de la temporada.
Maritza Gómez, dueña de una cafetería en La Villa, indicó su preocupación, ya que no mantienen agua desde la tarde del lunes, lo que les afecta económicamente.
“Nos estamos quedando sin agua para cocinar, para lavar y para atender a los clientes. Esto afecta las ventas y también la salud, porque sin agua es difícil mantener la higiene. Además, nos toca comprar agua embotellada para cocinar y eso incrementa los costos”, dijo la usuaria.