Familiares, amigos y compañeros despidieron la tarde de hoy 1 de septiembre, a Maylín Lisbeth Santos Lizondro, la joven estudiante de 16 años, que perdió la vida el pasado jueves, cuando se registró un accidente de tránsito de un bus de la ruta David-Santiago en la comunidad del Salao en Remedios, provincia de Chiriquí.
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El féretro de la joven fue llevado hasta la iglesia evangélica cuadrangular de Berba en el distrito de Barú de donde era oriunda y fue recibida en medio de una calle de honor que realizaron compañeros de la escuela Normal de Santiago, donde cursaba el sexto año.
La madre de la hoy occisa en medio del llanto gritaba que le habían arrancado su corazón "Dios no sé cómo soportar esto que me está pasando, me siento vacía, me han arrancado mi corazón, se me fue mi niña" ,expresaba al tiempo que era abrazada por una de las docentes de la joven estudiante que perdió la vida.
Naryeth Jaramillo, quien también es estudiante de escuela Normal de Santiago, dijo que esa tarde había dormido hasta el puesto de control de Guabalá, pero despertó y solo pasaron muy pocos minutos cuando se dio el accidente, su amiga y compañera Maylín viajaba a su lado ambas en el penúltimo asiento.
La joven estudiaba en la escuela Normal de Santiago
"Solo recuerdo que venía dormida en Guabalá, desperté, de allí se da el accidente sentí que caímos en una bolsa de agua y allí perdió el control, trato de mantenerse pero no pudo, dimos como de tres a cuatro vueltas, mire hacia la vía y allí estaba mi amiga, ya no recuerdo más nada, me duele recordarlo", expresó la joven estudiante.
Mientras que Sugeyli Sánchez, quien también es estudiante de la escuela Normal de Santiago, dijo que ese día no pudo viajar con sus compañeros como lo hacía siempre por problemas familiares, pero recuerda muy bien que en varias ocasiones viajaron con ese conductor y el manejo siempre fue desordenado.
Sus compañeras recuerdan a la joven estudiante como una chica con muchos sueños que pensaba en acudir a la universidad, con un amor infinito a Dios, con valores y enseñanzas muy humilde ya que con muchos esfuerzos acudía a estudiar.
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Durante la ceremonia fúnebre una gran cantidad de estudiantes de la escuela Normal de Santiago acompañaron a la familia, algunos de ellos aún mantenían heridas, como golpes en la frente, cara, piernas y con cuello ortopédico producto de las secuelas de aquel fatal hecho de tránsito que cobró la vida de dos personas.
