Cuando se consulta a los gremios periodísticos por los señalamientos de supuesto amaño noticioso denunciados recientemente contra el diario La Prensa, las respuestas son tibias, evasivas. Nadie sabe nada, nadie ha leído nada o las respuestas se enfilan a la clásica defensa de la libertad de expresión.
La corajuda reacción mostrada en otros casos, en esta ocasión se escuda detrás de tímidas respuestas, pese a que figuras que han estado en las entrañas del diario han expuesto públicamente su cuestionable actuar.
El sábado, por ejemplo, Ricardo Lombana afirmó que tiene “constancia” de que desde ese medio “se conspiraba para engañar a la población con publicaciones amañadas”, y añadió que dichas prácticas “han hecho mucho daño a la democracia que un día ayudaron a recuperar”.
Las declaraciones del también abogado se dan en un contexto de alta confrontación política y han generado reacciones dentro de los gremios periodísticos del país.
El presidente del Colegio Nacional de Periodistas de Panamá (CONAPE), Lorenzo González-Palma, calificó los señalamientos como “un punto de vista muy particular” de Lombana y recordó que el país atraviesa “un ambiente altamente político”.
González-Palma advirtió que expresiones de esa naturaleza, sobre todo cuando provienen de figuras públicas, “pueden polarizar la opinión y empañar la confianza del público en el periodismo como pilar fundamental de la democracia”.









