Los 108 millones de dólares que costó el proyecto Curundú y las horas de capacitación a los residentes no han servido de nada, pues muchos no cuidan y no cooperan con el aseo.
Sumado a esto, fuera de las murallas del proyecto cada vez hay más casas construidas con retazos de madera y hojas viejas de zinc. Este nuevo Curunducito es muy similar al Curundú de aguas negras, casuchas, entre otras anomalías.
Bertilda Murillo, moradora de 53 años, explicó que cuando llegó al barrio había pocas casas y el río estaba limpio, por eso se podía lavar y usar su agua para cocinar.
A su memoria llegan los recuerdos de cuando llegó el desaparecido general Omar Torrijos Herrera y empieza la división del corregimiento en comunidades como: San Miguel, Viejo Veranillo, entre otras.
Cuenta la señora Ñito como le dicen de cariño en el barrio a Murillo, que en 1986 se construyeron los edificios Salomones y los edificios conocidos como Los Elefantes.
Reconoció que los niños dañan los sillines de los columpios, pero a pesar de eso, Curundú ha cambiado mucho, porque no hay esa violencia de antaño.
Por su parte, el arquitecto César Echeverría, subdirector de Ingeniería y Arquitectura del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (Miviot), manifestó que desconocía del Curunducito que está creciendo fuera de las murallas del proyecto.
Aseguró que desconoce si alguna autoridad les dio permiso para instalarse en ese sitio o si las personas están invadiendo el terreno con el objetivo de que el Miviot les dé una solución de vivienda.
En cuanto al proyecto Curundú afirmó que se le está dando mantenimiento junto a la empresa Odebrecht, a pesar de que ya el periodo de garantía se venció.
El funcionario indicó que los moradores no cuidan, porque en las quejas que atiende diariamente de tuberías tapadas han encontrado: pañales desechables, toallas sanitarias, cabello, entre otras cosas, que salen de esas cañerías.
Según Echeverría, a los residentes se les dio charlas, pero es muy difícil, porque no cuidan los apartamentos ni los parques, pues fueron reparados por Odebrecht y a la semana estaban todos rotos.
Lo más triste es que muchas personas no han cambiado, dijo Echeverría, y no aprecian que viven en el centro de la ciudad pagando un apartamento a $50.00 mensuales. El proyecto tiene 1,018 apartamentos que si no se cuidan, la inversión habrá sido en vano.
Tantos millones para nada
Mientras las autoridades no hagan nada, seguirán construyendo casas de madera y zinc.
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Jesús simmons
- @jesus06041973