El fin de semana pasado se escuchó flamenco en Panamá Viejo. Y Anita Loynaz y bailaoras de su compañía de danzas, al igual que bailaoras invitadas, hicieron gala de su garbo y habilidades en este género, cuya fuerza y elegancia hacen recordar las raíces españolas. He allí por qué muchos de los asistentes desde sus puestos taconeaban a la par que las bailaoras.
A las 5:30 p.m. se abrieron las puertas al público niños, adolescentes y adultos y a las 7:30 p.m., como estaba programado, comenzó "Flamenco vivo by Anita Loynaz", que contó con la intervención especial del maestro Cruz-Diez.
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Era una noche sin luna ni estrellas. Había llovido a media tarde y cabía la posibilidad de que lloviese de nuevo. Pero el tiempo se portó bien. ¡Bravooo!
El hermoso espectáculo de más de dos horas tuvo como teloneras a bailarinas del ballet folclórico de Odette Cortez.
Cuando Anita Loynaz, luego de la degustación "gourmet", salió al escenario, una lluvia de aplausos y olés la recibieron. Hizo gala de su donaire.
Luego se le fueron sumando otras bailaoras. Todas luciendo hermosos vestidos. Otra vez aplausos se oyeron.
No hay referencias escritas acerca de los orígenes del flamenco, pero según sitios digitales se cree que el género surgió a finales del siglo XVIII en ciudades agrarias de la Baja Andalucía.
La del domingo fue una noche inolvidable. Todos disfrutaron cada minuto de la presentación que fue a beneficio del Proyecto Tammy Gazal Mizrachi de Fundacáncer, por el cual se brinda apoyo psicosocial a los hijos e hijas de personas con cáncer.
Así fue. El público estaba muy feliz. disfrutó a rabiar, filmaba y grababa.