Antes de darse a conocer en la industria hollywoodiense y, por extensión, en todo el mundo, Margot Robbie era una prometedora actriz que, al igual que tantas renombradas estrellas, tuvo que curtirse primero en el siempre duro medio televisivo para desarrollar sus talentos y su proyección profesional.
Su mejor escuela para ello, como ha reconocido la intérprete australiana, fue la longeva serie de televisión 'Neighbours', por la que también pasaron artistas de la talla de Kylie Minogue, Natalie Imbruglia y Jason Donovan. En el caso de la primera, su presencia en la trama tuvo lugar entre los años 2008 y 2011 y encanaba al personaje de Donna Freedman, uno de los más interesantes y queridos de esa cada vez más lejana era.
El cariño que la protagonista de 'El lobo de Wall Street' y 'Érase una vez en Hollywood' profesa a los creadores y 'showrunners' de la producción, así como a sus antiguos compañeros del reparto, explica que Margot no se lo pensara dos veces a la hora de confirmar su aparición en el episodio final de la serie, que se despidió definitivamente del público australiano el pasado 29 de julio.
Aunque ella tuvo que filmar sus escenas en un decorado ubicado en Los Ángeles, lo cierto es que la intérprete decidió sorprender y agasajar a sus amigos enviando nada menos que 37 botellas de champán a los estudios centrales de la ficción televisiva, situados en Melbourne. "Le debo tanto a 'Neighbours'. Creo que muchos le debemos que nos ayudara a dar el gran salto. Pero para mí no es tanto eso como la oportunidad que me dio de trabajar y cultivar mi vocación. Fue el mejor entrenamiento para Hollywood, y por eso le estaré eternamente agradecida", ha declarado Margot en conversación con el diario The Sun.